En una evolución constante de los conceptos y de las interpretaciones de cuanto nos rodea y de cuanto forma unas realidades vitales,el hombre se ha visto obligado a admitir una serie de hechos y modificaciones que le han impuesto rotundos cambios estructurales,nuevas visiones de si mismo y del ambiente circundante.
Nuestra insolente vanidad ha colocado al hombre y su inteligencia en el centro mismo del universo,despreciando incluso las sugerencias de científicos y astrónomos,que intentan convencerle de que nuestro mundo es insignificante en la inmensidad del cosmos.Pero una serie de hechos transcendentales llegan hasta nosotros y,en una evolución realista,modifican los conceptos existentes hasta el presente.
La primera interpretación se ha verificado sobre la interpretación de las bases dimensionales de cuanto nos rodea ,de lo que se había considerado inamovible.De un satélite artificial emplazado en su órbita,un ojo humano o electrónico situado a tal distancia,en una lejanía de lo terrestre,no ve ningún trazado ideológico y, menos aún,diferencias raciales.Este ojo podrá contemplar explosiones de bombas (signo de conflictos latentes) el humo de las ciudades industriales y distinguir por ello a los países muy desarrollados de los subdesarrollados.Pero en realidad no verá más que una esfera de una dimensión inconcebible para el hombre que habita en ella y vive continuamente sus trastornos,sus luchas , sus mezquindades.
Y con referencia a tal visión de lo que forma parte del macrocosmos,y que reduce la importancia del planeta tierra ,algo semejante,aunque a la inversa,sucede con el microcosmos.Los instrumentos cada vez más perfeccionados ,han puesto ante los ojos del hombre lo infinitamente pequeño,ampliado a dimensiones enormes.Un trozo de tierra,no mayor que una pelota de fútbol,contiene una población micro-orgánica mayor que toda la población humana del mundo.Esta población micro-orgánica comprende los gérmenes y los microbios que llevan enfermedades,o el peligro,pero que bajo otras formas,son indispensables para nuestra existencia.
Ante todo esto, el hombre vacila, se sorprende,y en un intento de asimilación,llega a la conclusión de que son muchas las cosas que dejan de pertenecer a medidas concretas,para situarse en unas dimensiones y en unas realidades insospechadas en otros tiempos.Lo grande se reduce a lo insignificante y lo infinitamente pequeño adquiere dimensiones gigantescas.