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Espiritualidad

Para siempre.

No hay nada comparable al dolor que se siente, al ver como un ser querido se va consumiendo día tras día a causa de un maldito cáncer. Yo tuve el placer de ser su amigo  y comprobar lo maravillosa persona que era. La enfermedad le llegó en un momento de desgaste emocional, fruto de una ruptura sentimental que no fue capaz de superar. El vacío que le dejó ese amor, fue tan inmenso que perdió la ilusión por vivir. Por casualidades del destino, pude verla un mes antes de que iniciase su viaje. Descansa en paz querida amiga.

La Corte del Inglés.