Como ocurre a menudo, Satán será obligado por el exorcista a decir la verdad; pero está claro que siempre intentará engañarle y le atacará en sus puntos débiles, demostrará saber cosas que la persona poseída no podría saber a través de los cauces sensoriales normales.El demonio llegará a desafiar al exorcista y acusarle de estar impelido por el orgullo,hasta llegar a auténticos asaltos físicos, como le sucedía a un viejo exorcista de Florencia,que de noche era apaleado,como le había amenazado el obseso.
Los espíritus malignos, una vez dentro de una persona, abandonan su cuerpo con mucha dificultad y esto demuestra cuán gravoso resulta el cometido del exorcista.
Conjuro te, Grimorium, per verba illa tituli triumphalis Salvatoris nostri Jesu Chistri, et per omnia alia verba, quoe dicantur de Creatore omnium creaturerum,el per illum, qui potest tribuere, et facere quod tantam obtineas virtutem, utómnia, quoe superete scribentur, ad effectum saludis oeternoe perducere valeas: et ut omnis fallacia, et virtus diaboli exeat a te, et intret in te omnis virtus proedicta.In nomine Patris, et Filii et Spiritus Sancti. Amén.