La atracción recíproca requiere que,en el horóscopo del hombre y en el de la mujer, el sol y la luna intercambien los lugares (que uno tenga el sol en el signo en que el otro tiene la luna;el sol es YANG y la luna es YING).
Cada ser humano se compone de dos partes. Una es la parte esencial, y la otra es la parte exterior, artificial y adquirida que se forma en la vida social y que crea la persona del individuo:persona,entendida aquí en el sentido original del término,que quería decir,como se sabe,máscara,la máscara del actor ( por oposición al rostro,que por su parte cabe hacer corresponder a la parte esencial).Según los individuos,pero también según los tipos de civilización,una u otra parte puede estar más o menos desarrollada. El límite degenerativo corresponde a un desarrollo prácticamente exclusivo,teratológico,de la parte exterior y construida, de la máscara del individuo social,intelectual,práctico y espiritualizado que se constituye en una especie de entidad aparte que ya casi no mantiene relaciones orgánicas con el ser profundo y esencial.
Para una definición completa de los factores que intervienen en la elección sexual,es necesario considerar más especialmente la estructura del ser humano,refiriéndose a las enseñanzas tradicionales más que a los estudios modernos.
Hemos distinguido antes dos capas principales del ser humano ( esencia y persona exterior);pero ahora debemos a su vez dividir en dos el primero de estos ámbitos, la parte más esencial,la más profunda. Tendremos así tres niveles. El primero es el nivel del individuo exterior como construcción social,individuo cuya forma es bastante arbitraria,libre e inestable,precisamente a causa de su carácter construido.
El segundo nivel pertenece ya al ser profundo o dimensión en profundidad del ser,y es lo que en filosofía se ha llamado principium individuationis. Aquí es donde actúan las fuerzas en virtud de las cuales un ser es lo que es,tanto física como psíquicamente, y se distingue de cualquier otro individuo de su especie;de modo que también es sede de la naturaleza propia,o naturaleza innata,de cada uno. En las enseñanzas hindúes,estas fuerzas formadoras reciben el nombre de samskara o vasana;no se refieren tan sólo a factores hereditarios y filéticos,sino que se las concibe de tal forma que engloban herencias,causas,preformaciones e influencias cuyo origen puede exceder los límites de una vida individual.
La primera ley a la que obedece el proceso sexual en el nivel más profundo es la ley de complementariedad,de reintegración de la cualidad masculina pura y de la cualidad femenina pura en la unión de un hombre con una mujer. En el límite entre el tercer nivel y el segundo,entre el nivel profundo y el nivel intermedio,entran inmediatamente en juego los condicionamientos,o lazos,propios de la individuación o naturaleza propia de un ser dado. En este nuevo estadio,todo lo que es una mujer determinada además de la complementariedad ontológica elemental ya no es indiferente para la pasión y la inclinación erótica. Puede decirse,por ejemplo,que lo que aquí influye en primer lugar en la elección son los condicionamientos raciales,y luego otros condicionamientos más específicos,de orden somático y caracterológico individual,todo lo cual puede acentuarse y fijarse hasta crear la ilusión del objeto insustituible:es la creencia en el amor único,la idea de que no se puede amar ni se podía haber amado más que a una mujer bien precisa como individuo,aquella,única ( aquel hombre en el caso de una mujer).
Y cuando toda la fuerza de la capa más profunda y del proceso fundamental se lleva a este plano intermedio y se fija en él,en este plano que es el de la individuación y del carácter trascendente,se produce la pasión fatal,que, como veremos,es casi siempre desdichada, al menos si se permanece en la esfera humana y profana,en la medida en que aquí actúa una fuerza, o aquí presiona una carga, que va más allá del individuo;de ahí que a menudo se produzcan verdaderos cortocircuitos y situaciones como la ilustrada en el Tristán e Isolda de Wagner.
No es el espíritu del hombre el que se libera ( en el éxtasis), sino el ALMA ; y ésta no se libera del cuerpo,sino del espíritu. Puede decirse,pues,que el éxtasis que Klages tiene en consideración es un éxtasis TELÚRICO, incluso DEMÓNICO.
En cuanto a la iniciación femenina, consta la existencia de TÉCNICAS en las que el acto sexual sirve de VEHÍCULO para la TRANSMISIÓN de una influencia SUPRASENSIBLE :eso,por ejemplo,se nos ha comunicado respecto de ciertos medios islámicos.
Por iniciación,precisamente,puede entenderse aquí la transmisión de una INFLUENCIA ESPIRITUAL por parte del hombre ( la BARAKAH, según la designación ISLÁMICA).
Fuente:
Metafísica del sexo
Autor: Julius Evola.