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Cargando el Egregor.

Al realizar un ritual activamos numerosos centros de energía.Recuerda que uno de los principios de la Magia es la focalización.El foco de nuestra voluntad tiene que estar perfectamente definido desde el origen.

La energía actúa de forma indiscriminada,sin distinción de clases.El cuerpo humano es extremadamente vulnerable.Una enfermedad es más que suficiente para alterar su insignificante existencia,existencia en la mayoría de los casos cargada de vicio y corrupción.

En este caso, nos ceñimos al origen de la maldad ( corrupción moral ).Debemos prestar atención a todos y cada uno de aquellos de los participantes que de forma directa o indirecta han contribuido al juego de la manipulación hacia La Corte.

Es importante aclarar que no poseo la capacidad de la determinación a la hora de la selección del medio, pero si poseo la capacidad de la puesta en marcha de determinadas fuerzas que actúan en sintonía con la firme voluntad.

                                                      Salmo 1
El justo y los pecadores.

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
sino que en la ley de Dios está su delicia,
y en su ley medita de día y de noche.
Será como el árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo,
y su hoja no cae;
y todo lo que hace ,prosperará.
No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque Dios conoce el camino de los justos;
mas la senda de los malos perecerá.

Rey David.

El egregor creado tiene la suficiente fuerza como para desencadenar una reacción lo bastante potente como para ser capaz de producir en la materia cambios sustanciales.

La carga energética del egregor es inversamente proporcional al grado de corrupción vertida hacia el mismo.

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La Magia del perfume.

Se sabe que según los tipos psicológicos fundamentales ( biliosos,nerviosos,linfáticos,sanguíneos) se obtienen cuatro escalas fundamentales de las sensaciones olorosas,las cuales,aunque no estén comprobadas científicamente,revelan una correspondencia de vibraciones muy semejante a las que se encuentran en la luz y en los sonidos.

A la apreciación de un perfume concurre el momento psicológico,que es,además,la suma y el conjunto de todas las otras situaciones psíquicas conscientes o inconscientes,objetivas o subjetivas,las cuales pueden actuar sobre el sistema nervioso del olfato de una manera completamente diferente según el momento dado.Los antiguos sabios lo definían como el momento astral:es decir,el resultado de una radiacción cósmica en un momento determinado en relación con el signo astral individual.

Según estas teorías,el momento astral provoca hechos psíquicos a menudo extraños,así como la repentina aversión hacia algunas personas y hacia determinadas circunstancias ambientales,o la búsqueda incluso morbosa de otras situaciones.La base de este fenómeno es la actitud de una persona ante una determinada experiencia,actitud que los ocultistas consideraban como la clave de cualquier obra mágica.

En la experiencia de los perfumes se realiza,inconscientemente,el “momento astral” que abarca la personalidad.Es cierto que un perfume ya sea agradable o desagradable,atrae la atención incluso cuando la mente está totalmente absorta en otros pensamientos .Se diría que el momento astral se realiza,en todos los instantes ,por una exaltación perfumada.

El juicio efectuado sobre una sensación olorosa puede depender de errores psicológicos en cuanto el órgano del olfato es realmente complejo y se confunde con otros órganos sensuales,hasta el punto de hacer que la valuación de un determinado olor sea subjetiva,lo mismo que la valuación de un perfume.Esto significa que la determinación de un momento astral puede ser provocada por un desorden psíquico incluso inconsciente,por lo que los efectos producidos por la emanación olorosa pueden revelarse de efectos imprevisibles.

Fueron los magos de la antigüedad los que comprendieron que para llegar a una valoración de la acción de los perfumes era necesario esquematizar una clasificación.Más adelante, y siguiendo otros criterios,se dieron cuenta también de esta necesidad los investigadores de química y de fisiología que intentaron con sistemas racionalistas catalogar el valor y la clase de las esencias olorosas.Tentativa que no siempre fue un éxito,dadas las dificultades que presenta esta materia,pero,si bien estos investigadores estaban muy lejos de las verdades enseñadas por las ciencias ocultas,consiguieron efectuar una clasificación rítmica bastante buena.La clasificación conseguida por Linneo,en 1756,es ciertamente la más importante :esta clasificación comprende de un septenario de vibraciones olorosas cuya orientación estrechamente psicologicoemotiva se remonta,mucho más de lo que se puede llegar a prever,a la vibración septenaria del chakras y al valor oculto de los perfumes.

El septenario astrológico tiene una correspondencia con la escala cromática  y con la escala septenaria de los perfumes.El momento astral en relación con los perfumes es regulado por la armonía de los cuerpos celestes,como todas las restantes operaciones mágicas.