Cuando veo el vídeo del tiroteo en París, me viene a la memoria las charlas que mantenía con mi abuelo sobre la guerra civil.El no hacía más que repetirme, “ ójala que nunca tengas que conocer lo que es la guerra”.No hay nada más terrible que el horror que se siente, cuando ves los cuerpos destrozados cayendo en trozos sobre el suelo por el fuego de mortero.
Mi abuelo fue uno de los mejores y más valientes soldados de su batallón.Por su coraje y entrega en combate fue premiado con la medalla de Cruz de Guerra.
Recuerdo cuando me contaba con lágrimas en los ojos la vez que su Coronel huyó de forma miserable y cobarde dejando a todos sus hombres en mitad de un fuego cruzado.En aquella ocasión no pudo hacer nada para salvar la vida de amigos y compañeros.Era una guerra de guerrillas, en donde el factor sorpresa era clave para ganar o conquistar la zona disputada.
En otra ocasión me contó, como tuvo que llevar a cuestas a un compañero que tenía la pierna destrozada, por el impacto de un mortero.Lo llevó a cuestas una distancia de 20 kilómetros.Por esa hazaña le fue entregada la medalla de la Cruz Roja.
¿Cómo habrán quedado las mentes de las personas que vivieron ese horror?.
Estos estudios de neurosis de guerra se llevan a cabo en el Instituto Tavistock desde el 1921.Con este tipo de situaciones ellos determinan el punto de ruptura del equilibrio psicológico de las personas sometidas a un estrés muy intenso.El fin de estos estudios es el control y manipulación de las personas.
LA CORTE DEL INGLÉS