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Espiritualidad

El silencio fue la respuesta acertada.

Cuando al Maestro Jesús, Pilatos le pregunto: ¿cuál era esa Verdad de la que él hablaba? Su respuesta fue el silencio. No dijo nada, ¡o quizás respondió! y el silencio fue la respuesta acertada… Una vez estaban discutiendo, apasionadamente dos monjes budistas en el jardín, sobre la verdad, si era esto o aquello, y por aquellos lugares estaba el venerable Buda, paseando gozadamente, y fue rápidamente abordado por esos dos jóvenes monjes, y le preguntaron exaltados; Maestro ¿cuál es la Verdad?

El venerable Buda sin hacer ningún gesto y en profundo silencio siguió su camino. No respondió nada, o ¡quizá sí! y el silencio, fue nuevamente la respuesta más acertada. Jesús dijo:”Conoced la Verdad y ella os hará libres”. Porque la verdad libera verdaderamente, y es un alimento que da Inmortalidad, por que no solamente de pan vive el hombre sino de toda palabra salida de Dios. Pero no son los sentidos ni el intelecto los que se alimentan de la Verdad, ya que ellos se alimentan de estímulos y conocimientos, ya sean estos ciertos o erróneos, prácticos o superficiales.

Observamos en la vida a individuos que saben mucho, que tienen varia carreras, y son elocuentes y locuaces del saber humano, personas que tienen un nivel de inteligencia muy alto pero que sin embargo tampoco son “libres”en verdad.Tienen los mismos problemas que cualquiera y sufren por las mismas causas que los demás. Luego no es la “verdad del mundo” la que nos hace libres y a la que se refería el Maestro Jesús. Es otro alimento, y el que se nutre no es el intelecto humano, sino que es el alma el que se alimenta de Verdad.

Autor: Francisco Redondo