Una sola ambición debe relacionar todos nuestros anhelos,incluyendo el de ser útiles en el servicio de la humanidad,pero excluyendo el servilismo.
La compresión viva de que toda la humanidad es UNA, y de que ninguna persona o individuo puede llegar a la perfección absoluta mientras una sola criatura de DIOS quede en estado de ignorancia o debilidad para visualizar su propia iluminación.
Debemos de dar a quienes están desvalidos o imposibilitados,conforme a sus necesidades y nuestros medios,pero a los demás hemos de pedir una justa retribución por aquello que hagamos por ellos,siempre poniendo en juego la objetividad.
Por cada acción recibiremos una compensación adecuada.
Todo engaño e injusticia deben evitarse en cuanto sea posible.No debemos permanecer indiferentes viendo que otro toma lo que por derecho nos pertenece.Obrando así nos hacemos culpables del pecado de omisión,por cuanto no hacemos lo posible por impedir el fraude.
Cuando el ser humano se haya familiarizado con la operación de esta ley,abandonará la preocupación de si alguien le hace bien o mal,pues sabe que él mismo recibirá recompensa justa por sus acciones,como también los demás recibirán la suya por lo que hagan.
Se esforzará en ejercitar su mente para que piense sólo en aquellos pensamientos positivos que le ayuden a transformar y a elevar su centro.
En realidad el ser humano es un canal por el cual opera el único poder supremo.
El miedo al que dirán o que pensarán los demás,o el miedo a la opinión pública,obliga a muchos a vivir de acuerdo con aquellas condiciones sociales que ellos saben que están en directa contradicción con la ley natural y divina.
Nada tema,pues,en el peor de los casos lo que usted teme no podrá más que destruir el cuerpo físico .
Tema solamente aquello capaz de destruir o dañar el ALMA y detener el progreso espiritual.
No sea arrogante,tampoco sea cobarde.
- Recuerde que nadie tiene el derecho de imponerle reglas de conducta,así como usted tampoco tiene el derecho de imponerlas a los demás.
Fuente:
Título “Alma y espíritu”
Autor: Felas Du Richard,S.I