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Magia INVERSA.

Se debe amar la belleza, la bondad y el amor que son eternos.

Entonces uno de los Doce, llamado JUDAS Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: «¿Cuánto me darán si se lo entrego?». Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. (Mateo 26, 14-16)

Judas, el que lo entregó, viendo que Jesús había sido condenado, lleno de remordimiento, devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: «He pecado, entregando sangre inocente». Ellos respondieron: «¿Qué nos importa? Es asunto tuyo». Entonces él, arrojando las monedas en el Templo, salió y se ahorcó. (Mateo 27, 3-5).

Esta es la verdadera Magia Inversa.
  • La verdadera fuerza invisible es la fuerza sin la violencia; la violencia siempre se vuelve contra quien la ejercita.
  • Las almas viven de verdad y de amor; sin verdad ni amor, sufren y parecen como cuerpos privados de luz y calor. ”
  • Para ser feliz no se debe codiciar nada, desear nada con obstinación; mas es necesario obedecer a la ley, querer el bien y esperar la Justicia.
  • No hay que identificarse con nada corruptible, atarse a nada de lo que pasa, dejar absorber su vida por nada de lo que muere.
  • No seáis extraños a nada de lo humano y alternad prudentemente el empleo de vuestras fuerzas. El estudio os absorbe demasiado, buscad distracciones. Templad la sabiduría con alguna locura voluntaria. Si las cosas de la inteligencia os disgustan de la vida material, imponeos por penitencia partidas de placer y entretenimientos alegres.
  • Yo soy libre y voy a donde quiero ir, pero, como lo eterno me ha conservado el uso de la razón, no puedo ir ni hacia la fealdad ni hacia la mentira. Amo todo lo que es, porque para mi vista no existe el mal. Digo la verdad sin buscar aplausos y sin temer las injurias. He vivido pobre y moriré pobre según el mundo y, no obstante, siento que estoy rico de verdades, de independencia y de razón.
  • El sacerdocio antiguo mataba para comer; el presbiteriado de Jesucristo se hace matar para que los otros coman.

  • Todo sacerdote que vive del altar come la carne de los pobres y bebe la sangre del pueblo.

  • Jesús ha dado a los pobres su propia carne para comer y su sangre para beber.

    Autor:
    Eliphas Levi (uno de mis autores favoritos).